Casa de Melilla en Madrid

Poemas: A. Cordón (I)

Álvaro Cordón Flores, el poeta e intelectual melillense ha querido acompañarnos en el estreno de nuestra web y nos ha enviado, para su publicación, cuatro poemas.

Los cuatro poemas de Álvaro pertenecen al poemario: "Azules y bronces" (Poemas dedicados a Melilla) que fue presentado con ocasión del IX Encuentro de Melillenses, el primero en el que la Casa de Melilla en Madrid asistió aunque todavía estaba en plena gestación.

Que Álvaro también participe en el nacimiento de la web de la Casa de Melilla en Madrid lo unen de una forma especial a ella y nos ha ofrecido seguir colaborando. Lo seguiremos viendo en esta sección en más ocasiones.

Si quieres saber más sobre Álvaro Cordón Flores y su obra pincha aquí y visita su web.


Azules y bronces Ir al índice

Soy... de la tierra de mis padres,
tierra de azules y bronce,
de rincones entrañables,
de áureos atardeceres
cautivos en la mirada;
soy... deudor de la suerte,
soñador de la alborada.

En la distancia, presiento...
esa distancia de neblina transparente,
que versifica balanceos de brisas...
donde cantan los vaivenes...
rumores de la bahía.

Recorrieron mis sentimientos tus calles,
pintando amores de coral marino;
visité las estancias de tus bares,
y tomé, de sus néctares, las mieles...
en grata compañía de los amigos.

Capté el valor de las cosas banales,
y comprendí...
que el recóndito duende de la ternura,
habita en quien ama sin requisitos.

Marcó mi niñez, un mundo de ensueño,
que se extendía hasta... más allá del río;
porque... había un río...
con mil ranas verdes y cientos de sapos,
y... un cauce muy ancho, y aguas del río Oro,
donde los cantores saltaban croando;
y tenía orillas, a un lado y a otro,
y una pasarela hecha de peldaños,
y carambucos... y gusarapos...

En las idas y venidas al colegio,
el juego acompasado de las manos,
tapando y destapando los oídos...
para oír y no oír, el silbido
de núbidos suspiros vaporados,
escapando de “La Leona” que pasa...
con su retahíla de vagones óxidos
y su cargamento de piedras rojizas.

En el alto perfil de tus murallas,
las golondrinas columpian sus trinos,
trazando zigzags con sus fúlgidas alas,
mientras languidece un sol ambarino,
que se va a la noche...
del día que se acaba.

Después de la partida en el espacio,
y del largo recorrido en el tiempo,
aún noto los huecos de la ausencia...
yo... que me veo inmerso...
en un mundo más grande que el tuyo,
más grande... mucho más grande.

Y sin embargo... en ti,
Melilla de mis recuerdos,
en ti... sentí: ¡tantos vivires!,
¡tantos amores, tantos desvaríos!,
¡tantas dificultades... y alegrías!,
¡tantos proyectos... tantos!,
¡tantas ilusiones imaginarias...
que es imposible olvidarlo!

¿Qué puedo decirte amada mía...
si no puedo nombrarte:
como a una novia,
ni como a una madre,
ni como a una quimera,
ni como a una amante?

Es diferente...
es algo profundo, incontestable,
porque tú... en realidad...
eres alma de mi vida;
y el aire de tu mar,
es mi semblante.

En tus jardines Ir al índice

En tus jardines, Melilla,
en letargo suspendido,
sobre el tiempo se columpian...
los dátiles en racimos,
pendiendo de las palmeras;
el sol, que duerme a las horas,
atrapa huecos vacíos,
dejando, sobre los bancos,
perfiles y luz de sombras.

En tus jardines, Melilla,
sueñan, plácidos, los juncos;
los amores, en la noche,
se citan para estar juntos;
sobre la brisa que pasa,
se suspenden los caprichos,
pintando el aire de puntos:

verdes, blancos, amarillos,
violetas, azules, malvas...

En tus jardines, Melilla,
preludios de futuro,
vergel de claveles nuevos,
buganvillas sobre el muro;
en los rosales las rosas:

esbeltas, llenas de encanto,
de perfumes y de embrujo;

bailando en los arrayanes,
revuelan las mariposas.

En tus jardines, Melilla,
liberta su rumor el agua,
el aire se siente libre...
y la inquietud se apacigua;
tu frescor de primavera
tiene arrebatos de hechizo;
en tu latir de amapola:

ternura, pasión, idilio...
y el azul del mar...

... como bandera.

Ese mar Ir al índice

¡El mar... ese mar...
de innumerables azules mediterráneos,
incansable en sus cambios!

¡Esa sinfonía inagotable,
de murmullos sobre el agua!

¡Ese enamoramiento...
que, embelesado en el fragor de la espuma,
emergía en la laxitud del tiempo!

Contemplaba el contrapunto...
el inacabable encuentro
del refulgir de las olas,
cubriendo todos los huecos
y rendijas de las rocas.

Las gaviotas, en redondeles oblicuos,
revoloteaban,
sin aparente sentido,
al final del espigón...
oculto en grises de asfalto.

Sobre la tarde...
la quietud del momento,
subsistía columpiada en la brisa,
adornada de salitre...
y olor a brea marina.


¡El mar... aquel mar!
aquel sendero de mares,
abría mi alma olvidada,
dejando el pensamiento libre...
en un viajar sin paisaje,
con la mirada perdida...
indagando, el horizonte.

Una sensación indefinible,
de inmensidad abierta,
anegadas las arenas
recalando en las orillas.

Enredado en la magia...
de lo que no se explica,
sentía mi deseo de estar.

Delante estaba el infinito,
los vaivenes de verdes inciertos,
los vientos calmados de Alborán,
con aires de Chafarinas.

Detrás, tenía la ciudad,
cobijo de golondrinas,
hospedaje de mis pasos,
mi, siempre, ciudad querida.

Melilla, mi tierra (Especie de colombiana, en un cante a la tierra) Ir al índice

Viva Melilla, mi tierra...
la tierra donde nací;
tierra de lunas y rosas,
donde yo me enamoré,
y donde aprendí las cosas,
y donde aprendí las cosas...
que marcaron mi existir.

(Estribillo) Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.
Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.

Son tus doradas murallas...
de la historia, el perfil;
tus palmeras son plegarias,
nimbadas alas al viento,
sueños de horas milenarias,
sueños de horas milenarias...
y bandera de un sentir.

(Estribillo) Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.
Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.

Veleros tiene tu puerto...
con sus quillas de marfil;
aromas de barlovento,
suspiros de la bahía,
oleajes y sentimientos,
oleajes y sentimientos...
con vaivenes de violín.

(Estribillo) Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.
Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.

Melilla de mis amores...
hoy mi canto es para ti;
por ser agua de mis mares,
reflejo de mis quebrantos,
por tener alma de sales,
por tener alma de sales...
y corazón de rubí.

(Estribillo) Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.
Melilla es... ven y la ves...
perla del Mediterráneo.

 

Ubicación

Networkia Business Center Cuzco
C/ del Poeta Joan Maragall, nº 23
28020 Madrid
91 418 43 76
info@casademelilla.es

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