La escasez de lluvia, la exposición al fuerte sol y en menor medida el viento, determinan que el clima se torne poco propicio para el desarrollo de la vegetación, y que también incidan en la adaptación de la fauna, e incluso dificulta la adaptación del primigenio elemento humano en la zona. La existencia de espárragos trigueros, puede hacer pensar que existieron encinas ya que al parecer se reproducen en los mismos lugares en las zonas mediterráneas.
La única red hidrográfica que se conoce en Melilla es el río de Oro que tiene su presencia en la ciudad en su cauce más bajo y desembocadura. Llamado en su curso por territorio marroquí Uad Medduar, por alusión a la sinuosidad de su trayecto. Nace en el macizo del Gurugú, recogiendo en su cabecera aguas procedentes de la meseta de Tazuda y del pico Taquigriat. Su curso, es de más de veintiún kilómetros, inicialmente dirigido hacia el norte, cambia bruscamente de dirección, uniéndosele como afluentes, el Tigorfaten por la izquierda y el Farhana y Sidi-Guariach por la derecha en los cuales vierte agua el manantial de Trara.
Melilla.- En la cuarta época llamada Mioceno del periodo Terciario hace casi diez millones de años, exceptuando la parte más alta del Cabo de Tres Forcas, toda la zona incluida la actual Melilla, se hallaba sumergida en el mar.
Melilla está situada en el Norte de África, al pie del Monte Gurugú ( 800 metros de altura) con sus picos el Kola, el Basbel y con su Barranco del Lobo, sobre la base del sudeste del Cabo de Tres Forcas que debe su nombre a las tres puntas rocosas que imitan la forma de un gigantesco tenedor, con sus farallones o dos pequeñas islas desgarradas del cabo, llamados Farallón Grande y Chico respectivamente,